miércoles, 19 de junio de 2024

Orígenes de Florida-Valle(Síntesis Histórica)

 

Acerca de la fundación de Florida, existen diferentes versiones entre ellas la de una fundación oficial en 1825 o 1834, sin embargo, no existen archivos que permitan corroborar tales afirmaciones. Los archivos parroquiales que datan de inicios del siglo XIX, permiten establecer dos momentos fundamentales en los orígenes de la localidad a saber: La elevación a la categoría de curato en 1826, y el rebautizo de la parroquia como Florida en 1833. La escritura de donación de terrenos fue otorgada por la familia Bedoya en 1835. En 1864 se le concede la categoría de distrito, perteneciente a la provincia de Palmira.

Grabado del siglo XIX. América Pintoresca

Según las últimas investigaciones históricas sobre los orígenes del municipio de Florida, se menciona que antes de la llegada de los conquistadores la zona del suroriente del Valle del Cauca fue un cruce de caminos de diferentes culturas entre ellas: Quimbayas, Calimas, Calocotos, Paeces y Guambianos; algunos de estos ubicados en la zona plana y montañosa como la cultura  Quebrada Seca, entre los siglos XII al XVI d.C(Cubillos,1984),cuya alfarería, presenta algunas similitudes con cerámicas tardías identificadas en el valle del rio Magdalena, relacionadas a su vez con el grupo étnico “Pijao”, registrado en las crónicas de los siglos XVI y XVII,cuya presencia se remontaría al siglo IX d.C(Rodríguez y Blanco,2008)

 

Se sabe que esta cultura habitó en el Alto Cauca y el sector sur del Valle del Cauca, entre 800 y 1.600 d. C, en la cordillera Central y el patrón de asentamiento se caracterizó por los poblados con viviendas dispersas construidas sobre plataformas artificiales, al igual que en otros sectores de la región Andina. Los asentamientos se localizaron cerca de los ríos y quebradas, sobre áreas naturales y artificiales elevadas, fuera del nivel de inundación[1].

 

Su economía se basaba en la agricultura del maíz y cultivos de diferentes alturas como papa. También era común que se dedicaran a la pesca, alfarería, metalurgia y textilería. Recientes investigaciones en el sur del Valle, sugieren que los creadores de la cultura Bolo-Quebrada Seca fueron los pueblos ubicados al norte de Popayán, entre los cuales figuraban básicamente los de la “provincia de Guambia” y los Calocotes, cuyo territorio se extendía por el norte hasta el rio Amaime.


Sin embargo, los primeros asentamientos en el actual municipio datan del siglo XVII en la época de la Colonia cuando se fundan en esta región varias haciendas como El Frayle, Párraga, El Pedregal, Desbaratado y Las Cañas, o algunas de las cuales como Perodias que surgen a cargo de misiones realizadas por congregaciones religiosas de Popayán, entre ellos la Compañía de Jesús que tuvo a cargo las haciendas de Japio y Llanogrande, el cual fue desde sus inicios una hacienda esclavista, que probablemente, recibe su nombre en homenaje al Obispo de aquel entonces Pedro Díaz de Cienfuegos quien gobernó esta diócesis entre los años 1686 y 1696[2]. Estas haciendas eran de vocación cañera y ganadera, y hacían parte del segundo partido de Caloto en el Cauca, siendo tributarias de esta ciudad[3].

 

El Archivo Histórico del Cauca, menciona como uno de los primeros propietarios de Perodias al Capitán español Cristóbal de Silva Saavedra en el año 1667[4], en los tiempos de la independencia, era propiedad de Manuel José Varona, y fue una de las más afectadas por las contribuciones realizadas a la guerra magna o la persecución de la reconquista española entre otros a los hermanos Miguel e Ignacio Barona, propietarios de Perodias y El Espejuelo respectivamente, los cuales pidieron compensaciones al gobierno republicano por los destrozos realizados por los realistas en sus predios en 1820, de acuerdo con Mariano Sendoya.

 

Anterior a la creación del curato de Perodias, en 1822 los vecinos de Llanogrande, piden se les suscriba a la parroquia de Santa Ana, solicitud que fue denegada por el Obispo de Popayán, mientras que en 1825 el primer censo del Cantón de Palmira, le menciona con la categoría de parroquia con más de 1000 habitantes junto a Candelaria[5].Una segunda solicitud es presentada por los vecinos de los indivisos ubicados entre los ríos Desbaratado y Bolo, quienes presentan razones válidas entre ellas: la distancia respecto al pueblo de Candelaria y la falta de un ministro que administrase los sacramentos y predicase. Entre los vecinos que elevaron la solicitud al Obispado de Popayán el 12 de junio de 1826, se encontraban:Josef Joaquín de Cárdenas, Joaquín Barona, Antonio Bedoya, Isidro Cuevas, Manuel y Julián Villarruel, Jerónimo Delgado, José Antonio Bueno y Ruiz, Simón Luna, Juan Gregorio Domínguez, Miguel Rizo, Santos Bedoya, José Echeverry, Joseph Candela, a ruego de Juan Billaruel, Manuel Pardo, Francisco Santacruz, Francisco Rodríguez, Miguel Antonio Polo, Calisto Barona, a ruego de  Pedro Pablo Melindres, José María Vivas, Manuel I. Quintero, Manuel José Gómez, Lucas Escobar, José Agustín Barona, Joaquín Hipólito de Cárdenas, Julián Bedoya, Alejo Bedoya, Manuel Varona, Pedro Pablo Montoya, Vicente Ayala, José Cipriano Lozano, José Antonio Urrutia. Los cuales se dirigeron en estos términos al gobierno republicano:

Los habitantes de Perodias, Llanito, Desbaratado, Frayle, Pedregal y Bolo del Curato de Candelaria en el Cantón de Palmira deseosos del aumento de nuestra religión y reunidos en esta capilla de Perodias ante el Santísimo Sacramento con el más debido respecto, como más haya lugar en derecho parecemos y decimos que en atención a que este curato de Candelaria es sumamente extenso y que aunque su capital se halla en el centro, carecemos del pasto espiritual, por la considerable distancia de más de tres horas que de ella nos separa, de manera que ni oímos misa, ni nos confesamos y al tiempo debido, que por esta causa, hay entre nosotros muchos sumamente pobres que no pueden conducir sus familias a la parroquia y falta con que alimentarlos en los días que hayan de pasar en ella[6].


En atención a la solicitud anterior el Obispo Salvador Jiménez Enciso, emite concepto favorable para la creación del curato de Perodias[7], el cual fue segregado de su anterior jurisdicción es decir Candelaria, al cual había pertenecido desde los comienzos de la república. El decreto final, dado el 1º de julio en Popayán dice: Vistos: en atención a lo que resulta de este expediente, y en uso de las facultades, que concede a esta Intendencia la ley de patronato, y el Art. 23 del Decreto del Supremo Poder Ejecutivo de 30 de Marzo del año pp°, se erige la nueva parroquia de Perodias comprendida entre los Ríos del Desbaratado, y el Bolo, la Cordillera de los Andes, y el Callejón de Coloradas, hasta los linderos de la Hacienda del finado Sr. Cayetano Escobar, quedando agregada dicha parroquia al Cantón de Palmira, cuya línea divisoria del de Caloto será en lo sucesivo el Río del Desbaratado, y se nombra para cura propietario de la misma al Sr. Presbítero Francisco Quijano y Lemos, electo unánimemente por el vecindario.


El 22 de septiembre de 1833 fue cambiado el nombre de la parroquia por el de Florida, según consta en el II Libro de bautizos:

“El supremo gobierno ha tenido a bien cambiarle el nombre a esta parroquia de Perodias con el de Florida. Esta disposición se ha publicado en este lugar, por lo que en adelante fecharemos con la nueva denominación que se le ha dado”. Firmado por el Presbítero Juan Ignacio López.


Los terrenos, donde se asienta la actual población, con sus edificaciones: Iglesia, Casa de Gobierno, Plaza principal y algunas calles, fueron donados principalmente por los señores Santos y Julián Bedoya, mediante escritura pública del 22 de octubre de 1835, delimitados así: Por el norte, con la quebrada El Limón y por el sur con el Rio Frayle. El acta de donación, protocolizada en la villa de Palmira por la familia Bedoya, se realizó entre otros por el litigio con el cura de la época Juan Ignacio López de acuerdo con registros notariales:

En la villa de Palmira a los 22 días de octubre de 1835, ante mí el escribano público del número y testigos que se mencionaran a continuación presentes los ciudadanos Julián Bedoya por sí y su hermano Santos Bedoya por medio de una carta que se agrega y su tenor es el siguiente, Manuel, Josefa, María Andrea, Pedro Antonio y Antonio Bedoya. Vecinos de este cantón de quienes doy fe conozco y dijeron: Que son dueños del terreno en que se han hecho los asientos de la parroquia de La Florida. Su consentimiento es que se le quite un cien por uno de tierra alterando la demarcación que se hizo y contra la cual quiere conservar el actual cura de La Florida pretendiendo dar 6 varas de ancho a la calle, lo que traería un trastorno a la proporción que tiene en este terreno y los que les han comprado tierra para edificar y que están haciendo sus casas al cumplimiento de cuanto llevan dicho obligan los haberes sus personas y todos sus bienes habidos y por haber[9].

 

Desde su creación como parroquia en 1826 tuvo algunas autoridades como jueces y alcaldes, después de ello fue distrito parroquial y aldea cuya autoridad estaba a cargo de un corregidor. El 22 de enero de 1864, la municipalidad de Palmira lo elevó a la categoría de distrito junto a Candelaria. Su primer alcalde distrital fue el señor Manuel María Bedoya. A partir de entonces se le concedió la potestad de conformar su propia asamblea republicana y a su vez de contar con la representación de un vocal en el cabildo provincial, entre los cuales estuvo el señor Francisco Marmolejo, a quien le correspondió las primeras tareas por la creación legal de la aldea del Bolo en 1865, propuesta que ha propósito fue rechazada y archivada luego de sus correspondientes debates por el Concejo Republicano de Palmira.

 

A comienzos de 1867, los vecinos del caserío del Bolo(perteneciente al distrito de Florida), elevaron un nuevo memorial en el que solicitaban ser elevados por el gobierno provincial a la categoría de aldea o villa, lo cual fue concedido tras varios debates que terminaron el 15 de marzo de 1867, con la sanción de la ordenanza número 62 emanada de la municipalidad de Palmira, mediante la cual fue creada la aldea de Pradera, de acuerdo a la constitución federal de 1863, se le señalaron como límite norte la quebrada Vilela y por el sur el rio Párraga. En 1908, Florida fue uno de los municipios que conformó el Departamento de Cali, el cual subsistió hasta el 16 de abril de 1910, cuando se crea por Decreto el Departamento del Valle del Cauca, al cual pertenece desde entonces.


Las últimas investigaciones históricas sobre el municipio, entre ellas del Licenciado Mauricio Zúñiga y el Centro de Estudios Históricos de esta localidad, permiten afirmar que Florida se fundó inicialmente como parroquia sujeta al cantón de Palmira, el 22 de septiembre de 1833; fecha registrada en el II Libro Parroquial de Bautizos y ateniéndose a estos mismos registros los fundadores de la población serian respectivamente los señores  Julián y Santos Bedoya junto al Presbítero Juan Ignacio López.

 

Se hace necesario aclarar de acuerdo a los datos expuestos, que no hay exactitud respecto del establecimiento de colonizadores españoles en el territorio, aunque si bien este proceso pudo haber iniciado en el siglo XVII, cuando familias prestantes de Cali solicitan se les adjudiquen territorios en la otra banda (oriental) del río Cauca, donde se establecieron estancias como Llanogrande y otras más que dieron origen al municipio de Palmira, para el caso de Florida solo existe documentación de la etapa colonial a partir del siglo XVIII, donde se mencionan varias visitas de los gobernadores de Popayán a la ciudad de Caloto, de acuerdo con el Archivo Central del Cauca.

 

Sobre la fundación de Florida, quedan muchos datos por confirmar entre ellos si este proceso se realizó en 1825 como ha afirmado la tradición oral, llevada a cabo por parte de los señores Bedoya y Echeverri; lo que se puede mencionar con documentación al respecto es que: En octubre del año en mención, Perodias ya figuraba como parroquia perteneciente al cantón de Palmira, lo cual contradice lo afirmado por autores como German Colmenares y Tulio Raffo, por lo cual sería probable que en este año se haya otorgado una categoría tal vez como viceparroquia (adscrita a Candelaria). Lo único cierto, es que Perodias fue creada como parroquia el 1º de julio de 1826 por la intendencia del Cauca, proceso que lideraron los hacendados y a sus familias, cuyo centro de culto fue la iglesia de Santa Rosa, más tarde trasladada a la margen del río Frayle y rebautizada como Florida en 1833, en cuyos contornos nació el pueblo alrededor de su plaza central, reconocido en 1864 como distrito de la provincia Palmira, y como villa junto a Candelaria, esto nos indica que, para esta época, había logrado respectivamente su consolidación y sostenimiento económico autónomo.

Autoria. Gustavo Torres Álvarez. Centro de Estudios Históricos de Florida.

[1] Tras las huellas de la cultura Bolo Quebrada Seca. Carlos Armando Rodríguez. Museo Arqueológico Universidad del Valle. Cali       

[2] Archivo Arquidiocesano de Popayán, Cauca.

[3] Florida y su tradición. Mauricio Zúñiga. Pag.155 El Frayle. 2011

[4] Archivo Histórico del Cauca. Popayán. Ítem 00438.Catálogo "Colonia Global", Centro de Investigaciones José María Arboleda Llorente, Universidad del Cauca, revisado mayo 2019. Tabla de digitalización de Neogranadina.

[5] Tabla estadística del Cantón de Palmira de la Provincia de Popayán, Legajo 9, Año: 1825.Fondo Republica. Archivo Central del Cauca.

[6] Archivo Arquidiocesano de Popayán. Ficha 835 legajo 72 año 1826

[7] Decreto de erección del curato de Perodias.1º de julio de 1826.

[8] II Libro de Bautizos Parroquia San Antonio de Padua. Florida, Valle

[9] Notaria I de Palmira. Libro No. I, Folios 42 a 44.