miércoles, 19 de junio de 2024

Orígenes de Florida-Valle(Síntesis Histórica)

 

Acerca de la fundación de Florida, existen diferentes versiones entre ellas la de una fundación oficial en 1825 o 1834, sin embargo, no existen archivos que permitan corroborar tales afirmaciones. Los archivos parroquiales que datan de inicios del siglo XIX, permiten establecer dos momentos fundamentales en los orígenes de la localidad a saber: La elevación a la categoría de curato en 1826, y el rebautizo de la parroquia como Florida en 1833. La escritura de donación de terrenos fue otorgada por la familia Bedoya en 1835. En 1864 se le concede la categoría de distrito, perteneciente a la provincia de Palmira.

Grabado del siglo XIX. América Pintoresca

Según las últimas investigaciones históricas sobre los orígenes del municipio de Florida, se menciona que antes de la llegada de los conquistadores la zona del suroriente del Valle del Cauca fue un cruce de caminos de diferentes culturas entre ellas: Quimbayas, Calimas, Calocotos, Paeces y Guambianos; algunos de estos ubicados en la zona plana y montañosa como la cultura  Quebrada Seca, entre los siglos XII al XVI d.C(Cubillos,1984),cuya alfarería, presenta algunas similitudes con cerámicas tardías identificadas en el valle del rio Magdalena, relacionadas a su vez con el grupo étnico “Pijao”, registrado en las crónicas de los siglos XVI y XVII,cuya presencia se remontaría al siglo IX d.C(Rodríguez y Blanco,2008)

 

Se sabe que esta cultura habitó en el Alto Cauca y el sector sur del Valle del Cauca, entre 800 y 1.600 d. C, en la cordillera Central y el patrón de asentamiento se caracterizó por los poblados con viviendas dispersas construidas sobre plataformas artificiales, al igual que en otros sectores de la región Andina. Los asentamientos se localizaron cerca de los ríos y quebradas, sobre áreas naturales y artificiales elevadas, fuera del nivel de inundación[1].

 

Su economía se basaba en la agricultura del maíz y cultivos de diferentes alturas como papa. También era común que se dedicaran a la pesca, alfarería, metalurgia y textilería. Recientes investigaciones en el sur del Valle, sugieren que los creadores de la cultura Bolo-Quebrada Seca fueron los pueblos ubicados al norte de Popayán, entre los cuales figuraban básicamente los de la “provincia de Guambia” y los Calocotes, cuyo territorio se extendía por el norte hasta el rio Amaime.


Sin embargo, los primeros asentamientos en el actual municipio datan del siglo XVII en la época de la Colonia cuando se fundan en esta región varias haciendas como El Frayle, Párraga, El Pedregal, Desbaratado y Las Cañas, o algunas de las cuales como Perodias que surgen a cargo de misiones realizadas por congregaciones religiosas de Popayán, entre ellos la Compañía de Jesús que tuvo a cargo las haciendas de Japio y Llanogrande, el cual fue desde sus inicios una hacienda esclavista, que probablemente, recibe su nombre en homenaje al Obispo de aquel entonces Pedro Díaz de Cienfuegos quien gobernó esta diócesis entre los años 1686 y 1696[2]. Estas haciendas eran de vocación cañera y ganadera, y hacían parte del segundo partido de Caloto en el Cauca, siendo tributarias de esta ciudad[3].

 

El Archivo Histórico del Cauca, menciona como uno de los primeros propietarios de Perodias al Capitán español Cristóbal de Silva Saavedra en el año 1667[4], en los tiempos de la independencia, era propiedad de Manuel José Varona, y fue una de las más afectadas por las contribuciones realizadas a la guerra magna o la persecución de la reconquista española entre otros a los hermanos Miguel e Ignacio Barona, propietarios de Perodias y El Espejuelo respectivamente, los cuales pidieron compensaciones al gobierno republicano por los destrozos realizados por los realistas en sus predios en 1820, de acuerdo con Mariano Sendoya.

 

Anterior a la creación del curato de Perodias, en 1822 los vecinos de Llanogrande, piden se les suscriba a la parroquia de Santa Ana, solicitud que fue denegada por el Obispo de Popayán, mientras que en 1825 el primer censo del Cantón de Palmira, le menciona con la categoría de parroquia con más de 1000 habitantes junto a Candelaria[5].Una segunda solicitud es presentada por los vecinos de los indivisos ubicados entre los ríos Desbaratado y Bolo, quienes presentan razones válidas entre ellas: la distancia respecto al pueblo de Candelaria y la falta de un ministro que administrase los sacramentos y predicase. Entre los vecinos que elevaron la solicitud al Obispado de Popayán el 12 de junio de 1826, se encontraban:Josef Joaquín de Cárdenas, Joaquín Barona, Antonio Bedoya, Isidro Cuevas, Manuel y Julián Villarruel, Jerónimo Delgado, José Antonio Bueno y Ruiz, Simón Luna, Juan Gregorio Domínguez, Miguel Rizo, Santos Bedoya, José Echeverry, Joseph Candela, a ruego de Juan Billaruel, Manuel Pardo, Francisco Santacruz, Francisco Rodríguez, Miguel Antonio Polo, Calisto Barona, a ruego de  Pedro Pablo Melindres, José María Vivas, Manuel I. Quintero, Manuel José Gómez, Lucas Escobar, José Agustín Barona, Joaquín Hipólito de Cárdenas, Julián Bedoya, Alejo Bedoya, Manuel Varona, Pedro Pablo Montoya, Vicente Ayala, José Cipriano Lozano, José Antonio Urrutia. Los cuales se dirigeron en estos términos al gobierno republicano:

Los habitantes de Perodias, Llanito, Desbaratado, Frayle, Pedregal y Bolo del Curato de Candelaria en el Cantón de Palmira deseosos del aumento de nuestra religión y reunidos en esta capilla de Perodias ante el Santísimo Sacramento con el más debido respecto, como más haya lugar en derecho parecemos y decimos que en atención a que este curato de Candelaria es sumamente extenso y que aunque su capital se halla en el centro, carecemos del pasto espiritual, por la considerable distancia de más de tres horas que de ella nos separa, de manera que ni oímos misa, ni nos confesamos y al tiempo debido, que por esta causa, hay entre nosotros muchos sumamente pobres que no pueden conducir sus familias a la parroquia y falta con que alimentarlos en los días que hayan de pasar en ella[6].


En atención a la solicitud anterior el Obispo Salvador Jiménez Enciso, emite concepto favorable para la creación del curato de Perodias[7], el cual fue segregado de su anterior jurisdicción es decir Candelaria, al cual había pertenecido desde los comienzos de la república. El decreto final, dado el 1º de julio en Popayán dice: Vistos: en atención a lo que resulta de este expediente, y en uso de las facultades, que concede a esta Intendencia la ley de patronato, y el Art. 23 del Decreto del Supremo Poder Ejecutivo de 30 de Marzo del año pp°, se erige la nueva parroquia de Perodias comprendida entre los Ríos del Desbaratado, y el Bolo, la Cordillera de los Andes, y el Callejón de Coloradas, hasta los linderos de la Hacienda del finado Sr. Cayetano Escobar, quedando agregada dicha parroquia al Cantón de Palmira, cuya línea divisoria del de Caloto será en lo sucesivo el Río del Desbaratado, y se nombra para cura propietario de la misma al Sr. Presbítero Francisco Quijano y Lemos, electo unánimemente por el vecindario.


El 22 de septiembre de 1833 fue cambiado el nombre de la parroquia por el de Florida, según consta en el II Libro de bautizos:

“El supremo gobierno ha tenido a bien cambiarle el nombre a esta parroquia de Perodias con el de Florida. Esta disposición se ha publicado en este lugar, por lo que en adelante fecharemos con la nueva denominación que se le ha dado”. Firmado por el Presbítero Juan Ignacio López.


Los terrenos, donde se asienta la actual población, con sus edificaciones: Iglesia, Casa de Gobierno, Plaza principal y algunas calles, fueron donados principalmente por los señores Santos y Julián Bedoya, mediante escritura pública del 22 de octubre de 1835, delimitados así: Por el norte, con la quebrada El Limón y por el sur con el Rio Frayle. El acta de donación, protocolizada en la villa de Palmira por la familia Bedoya, se realizó entre otros por el litigio con el cura de la época Juan Ignacio López de acuerdo con registros notariales:

En la villa de Palmira a los 22 días de octubre de 1835, ante mí el escribano público del número y testigos que se mencionaran a continuación presentes los ciudadanos Julián Bedoya por sí y su hermano Santos Bedoya por medio de una carta que se agrega y su tenor es el siguiente, Manuel, Josefa, María Andrea, Pedro Antonio y Antonio Bedoya. Vecinos de este cantón de quienes doy fe conozco y dijeron: Que son dueños del terreno en que se han hecho los asientos de la parroquia de La Florida. Su consentimiento es que se le quite un cien por uno de tierra alterando la demarcación que se hizo y contra la cual quiere conservar el actual cura de La Florida pretendiendo dar 6 varas de ancho a la calle, lo que traería un trastorno a la proporción que tiene en este terreno y los que les han comprado tierra para edificar y que están haciendo sus casas al cumplimiento de cuanto llevan dicho obligan los haberes sus personas y todos sus bienes habidos y por haber[9].

 

Desde su creación como parroquia en 1826 tuvo algunas autoridades como jueces y alcaldes, después de ello fue distrito parroquial y aldea cuya autoridad estaba a cargo de un corregidor. El 22 de enero de 1864, la municipalidad de Palmira lo elevó a la categoría de distrito junto a Candelaria. Su primer alcalde distrital fue el señor Manuel María Bedoya. A partir de entonces se le concedió la potestad de conformar su propia asamblea republicana y a su vez de contar con la representación de un vocal en el cabildo provincial, entre los cuales estuvo el señor Francisco Marmolejo, a quien le correspondió las primeras tareas por la creación legal de la aldea del Bolo en 1865, propuesta que ha propósito fue rechazada y archivada luego de sus correspondientes debates por el Concejo Republicano de Palmira.

 

A comienzos de 1867, los vecinos del caserío del Bolo(perteneciente al distrito de Florida), elevaron un nuevo memorial en el que solicitaban ser elevados por el gobierno provincial a la categoría de aldea o villa, lo cual fue concedido tras varios debates que terminaron el 15 de marzo de 1867, con la sanción de la ordenanza número 62 emanada de la municipalidad de Palmira, mediante la cual fue creada la aldea de Pradera, de acuerdo a la constitución federal de 1863, se le señalaron como límite norte la quebrada Vilela y por el sur el rio Párraga. En 1908, Florida fue uno de los municipios que conformó el Departamento de Cali, el cual subsistió hasta el 16 de abril de 1910, cuando se crea por Decreto el Departamento del Valle del Cauca, al cual pertenece desde entonces.


Las últimas investigaciones históricas sobre el municipio, entre ellas del Licenciado Mauricio Zúñiga y el Centro de Estudios Históricos de esta localidad, permiten afirmar que Florida se fundó inicialmente como parroquia sujeta al cantón de Palmira, el 22 de septiembre de 1833; fecha registrada en el II Libro Parroquial de Bautizos y ateniéndose a estos mismos registros los fundadores de la población serian respectivamente los señores  Julián y Santos Bedoya junto al Presbítero Juan Ignacio López.

 

Se hace necesario aclarar de acuerdo a los datos expuestos, que no hay exactitud respecto del establecimiento de colonizadores españoles en el territorio, aunque si bien este proceso pudo haber iniciado en el siglo XVII, cuando familias prestantes de Cali solicitan se les adjudiquen territorios en la otra banda (oriental) del río Cauca, donde se establecieron estancias como Llanogrande y otras más que dieron origen al municipio de Palmira, para el caso de Florida solo existe documentación de la etapa colonial a partir del siglo XVIII, donde se mencionan varias visitas de los gobernadores de Popayán a la ciudad de Caloto, de acuerdo con el Archivo Central del Cauca.

 

Sobre la fundación de Florida, quedan muchos datos por confirmar entre ellos si este proceso se realizó en 1825 como ha afirmado la tradición oral, llevada a cabo por parte de los señores Bedoya y Echeverri; lo que se puede mencionar con documentación al respecto es que: En octubre del año en mención, Perodias ya figuraba como parroquia perteneciente al cantón de Palmira, lo cual contradice lo afirmado por autores como German Colmenares y Tulio Raffo, por lo cual sería probable que en este año se haya otorgado una categoría tal vez como viceparroquia (adscrita a Candelaria). Lo único cierto, es que Perodias fue creada como parroquia el 1º de julio de 1826 por la intendencia del Cauca, proceso que lideraron los hacendados y a sus familias, cuyo centro de culto fue la iglesia de Santa Rosa, más tarde trasladada a la margen del río Frayle y rebautizada como Florida en 1833, en cuyos contornos nació el pueblo alrededor de su plaza central, reconocido en 1864 como distrito de la provincia Palmira, y como villa junto a Candelaria, esto nos indica que, para esta época, había logrado respectivamente su consolidación y sostenimiento económico autónomo.

Autoria. Gustavo Torres Álvarez. Centro de Estudios Históricos de Florida.

[1] Tras las huellas de la cultura Bolo Quebrada Seca. Carlos Armando Rodríguez. Museo Arqueológico Universidad del Valle. Cali       

[2] Archivo Arquidiocesano de Popayán, Cauca.

[3] Florida y su tradición. Mauricio Zúñiga. Pag.155 El Frayle. 2011

[4] Archivo Histórico del Cauca. Popayán. Ítem 00438.Catálogo "Colonia Global", Centro de Investigaciones José María Arboleda Llorente, Universidad del Cauca, revisado mayo 2019. Tabla de digitalización de Neogranadina.

[5] Tabla estadística del Cantón de Palmira de la Provincia de Popayán, Legajo 9, Año: 1825.Fondo Republica. Archivo Central del Cauca.

[6] Archivo Arquidiocesano de Popayán. Ficha 835 legajo 72 año 1826

[7] Decreto de erección del curato de Perodias.1º de julio de 1826.

[8] II Libro de Bautizos Parroquia San Antonio de Padua. Florida, Valle

[9] Notaria I de Palmira. Libro No. I, Folios 42 a 44.

miércoles, 30 de agosto de 2023

PELADERO SAN JORGE, Del capricho a la realidad. Diego Silva Otero

 


Cancha de San Jorge, me imagino la mejor de Florida. La verdad, en ese tiempo no se si habría estadio o en su defecto existiría el “Maracaná” emblemático peladero al lado del cementerio. De ellas más bien recuerdos vagos, cero fútbol, más bien sitio especial para elevar mi cometa amarilla, que tanto me da duro. Por esas épocas el desarrollo arrasó con todas las ilusiones que ahí se crearon, la casa de “Don Marco”, una de tantas tal vez la primera, seria piedra angular de este iniciante proceso.

De esta forma nos volvimos deportistas nómadas, pasamos de tener full cancha a tener tres peladeros para el día, todos en torno a la escuela del San Jorge, y digo para el día, porque en las noches el festín seguía en las calles, con el bien llamado futbolito.

Ahh van a lotiar ese pedazo nos dijo “Diablito”, -Humm ¡Diablito! Ahora recuerdo severendo problema cuando el papa se dio cuenta que le decíamos así; pero aun nos quedaba el frente de la escuela ¡Buena cancha!  Y atrás “el peladero” donde las batallas eran campales-por equipos-

Casi siempre el duelo era contra los del Pérez y protagonizados por Víctor Balanta, Ener, Cofia, Robinson Arguello, Javier Cortez, Buseta, Diego Valencia, Mauricio Mazo, Topo, Damián, los Ibarguen y otros tantos que no recuerdo, pero que la lista sería interminable.

La escuela San Jorge en su buen actuar absorbió las dos canchas, obligándonos a buscar un nuevo territorio donde librar nuestras batallas, dignas de admiración, ya que el nivel era máximo, fue así como un tiempo estuvimos jugando al lado de Aguacaliente, todos los días 4:00 p.m recorrer ese trayecto por el cañal, surcando el Carisucio para cumplir nuestro objetivo, ahí empezaría nuestro primer encuentro con la “autoridad”, a la cual hoy mis hijos respetan y quieren tanto.

Por otro lado, no había cansancio, tarde de futbol y en la noche futbolito por las respectivas cuadras, en nuestro caso frente donde “Mañe” padre de Jeffer, donde Pelod’oro, donde Compita, siete veces recuerdo visité la memorable estación de policía, porque ese era el delito en esos tiempos, pegarle balonazos a las puertas de Doña Lola, del Pastuso.

Y el trofeo montar en patrulla y hacerle aseo a la estación, bueno acompañado de la pela en la casa que no podía faltar.

Todo esto nos llevó un día a tomarnos por la fuerza un pedazo de cañal, impulsados lo acepto mas por la vagancia, pero que poco a poco se convirtió en una necesidad social. De esa forma, esperamos que Blanca Barney vendiera su caña y antes que surcaran el terreno procedimos a tomarnos el pedazo donde hoy esta la cancha nueva, un pequeño terreno, Pelaos que un día tomamos la decisión de ir en contra de las reglas Jalapa, Uber, Alberto “Mazamorra”, Jimmy Gómez,  Rembalada, Mazo, Frijolito el mismo “Frentecaimo”  que no jugaba pero -ah si era el put…

Bastante que si lucho doña Blanca por quitarnos el pedazo, le sembraba caña y a la temporada siguiente le hacíamos la misma, piedra que si le tiramos al mayordomo “Lucky Lu” Don Egua. Hoy podemos decir: MISION CUMPLIDA.

Cuantos de los mencionados ya no están, cuanto omití, cuanto no recordé.

miércoles, 23 de agosto de 2023

Primeros Sacramentos en la Parroquia de Perodias. Pbro. Jhon Freddy González

 

Primer bautizo el día 15 de agosto de 1826

De Ecclesiae munere sanctificandi

Es el título que da el Código de derecho canónico (Canon 834.1), al hablar acerca de la ´´función santificadora de la Iglesia´´. Este oficio o función hace que pensemos en el ¿Para qué está la Iglesia?  Me valgo de las palabras del gran Papá Pablo VI cuando escribía en la encíclica ´´Evangelii Nuntiandi´´, (el anuncio del Evangelio) que ´´Evangelizar no es la tarea principal de la Iglesia, sino la única y resume su esencia y vocación en este mundo´´. Para evangelizar, pues es que existe la Iglesia, es la tarea fundamental que recibió del Señor. Este anuncio del evangelio ha de ser no solo de palabras sino con el testimonio de vida, pero especialmente va acompañado de la función santificadora cuyo efecto primordialmente se recibe por la recepción de los sacramentos. Esto lo entregó el Señor como un mandato y tiene su inicio en el bautismo, como signo de pertenencia y de iniciación en la comunidad a la vivencia de la fe:   ´´Vayan y hagan discípulos entre todos los pueblos, bautícenlos consagrándolos al Padre y al Hijo y al espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Yo estaré con ustedes siempre hasta el fin del mundo´´ (Mateo 28:19-20. Biblia de Nuestro Pueblo. Luis Alfonso Schökel)

La Iglesia de Jesús es esencialmente una comunidad misionera.  Estas palabras del Señor han sido una invitación a salir constantemente de sí misma, de sus problemas y vicisitudes, de las coyunturas históricas de cada época muchas veces propicias y otras inadecuadas para este anuncio, pero en últimas abriéndose camino pues por el hecho de ser mandato divino, conteniendo en sí la garantía de su realización. Allí se siente el ´´yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo´´. Con seguridad muchos obstáculos tuvieron que vivir los primeros evangelizadores, pero consientes que con una misión tan amplia como lo es el mundo, solo en ir más allá, entendieron la misión que el Señor les delegó. 

Los nombres de María Varona, Pedro Antonio Sanchez y María Leonor Bedoya además de María Angela Molina son desconocidos para el lector, ellos tienen el privilegio en su orden, de ser la primera mujer bautizada (15 agosto 1826), la primera pareja en contraer matrimonio (agosto 23 de 1826) y también la primera mujer en haber sido confirmada (en 1933), en la naciente Parroquia de Perodias, ´´curato de Perodias´´. Quedan en el recuerdo el Padre Francisco Quijano Lemos, el Obispo Salvador Jiménez de Enciso y el Padre Juan Ignacio López, que con seguridad al ser los primeros testigos sintieron emoción al cumplir el mandato de Jesús de ir y hacer discípulos suyos.

Se trata de una historia de continua conquista, la conquista de lo geográfico, la de salvar las distancias que imponía el territorio del río del Cauca, por trochas y jornadas al desplazarse, también las conquistas de los primeros moradores de estas tierras que junto a los ancestrales grupos habitantes en ellas hicieron su morada en el fértil Valle que tenían ante sus ojos.   

Gracias a Gustavo Torres por su inquietud y gusto por la historia, en especial la de este amado municipio que hoy en medio de nuevas dificultades y oportunidades continuamos ´´conquistando´´    

miércoles, 9 de agosto de 2023

APUNTES HISTÓRICOS. Avalanchas del Rio Frayle. Lic. Maria Nury Delgado

 

Avalancha del río Frayle en 1963. En aquel entonces, estaba haciendo el primero de bachillerato en el colegio Las Américas, en ese entonces estaba ubicado en la escuela Sagrado Corazón de Jesús, situada en el parque principal.

Recuerdo que, del colegio nos despacharon para las casas. Nosotros nos fuimos un grupo de compañeros para donde había sucedido los hechos. Se inundó y arrastró con toda la avalancha del Rio Frayle en el “Barrio lata” conocido hoy en día “Barrio Absalón Fajardo”; las casas como su nombre lo dice, estaban construidas con latas de guadua y techos de paja de cartón, Eternit una que otra, la gente perdió todos sus enseres: camas, colchones, cobijas, radios, utensilios de cocina, animales, checheres, etc.

Cuando estábamos allá de noveleros, vimos como flotaban los colchones en los cuartos y las calles y todo derrumbado.

El municipio y las gentes de Florida, se solidarizaron con ayudas para esas personas afectadas: ropas, tendidos de cama, utensilios de cocina, kits de aseo personal, alimentos, etc.

Recuerdo también que la directora de la escuela Sagrado Corazón de Jesús, Myriam Ceballos de Mosquera, llevó a mi casa algunas cosas útiles para los cinco profesores afectados por la avalancha: Pedro Nel Parra, Arcelia Fajardo, Nury Delgado, Adiela Lozano y Rosalía Pizarro.

Avalancha del rio Frayle del Jueves Santo 15 de abril de 1976. Sucedió a las 5.00 p.m. Ese día “Jueves Santo”, estábamos en el parque principal, acabábamos de salir de la iglesia de la “Cena del Señor”, cuando vimos que iba a llover y dicho y hecho llegamos a la casa y empezó a caer semejante aguacero; yo vivía en la casa de las Valencia, enseguida donde hoy esta el taller de Edinson Sogamoso, el agua entró a las casas, levanto un ángulo de la puerta principal de la calle, perdí todo, todo y a empezar de cero.

Sali corriendo con mi hijo Yasir, que estaba cumpliendo un añito de vida, llegué hasta la bomba de gasolina de la carrera 17 con mi hijo cargado y el barro hasta el cuello; allí en la bomba le entregué mi hijo a la negra Lucelly, quien trabajó en la guardería y ella se lo llevó para la casa de mi mama en la carrera 17#7-33, yo me devolví para la casa y entré por la casa de las Valencias, para ver que podríamos salvar.

Recuerdo también que el equipo de futbol Club Comercial Florida, fue en mi ayuda entre ellos: Luis Ángel Molina, director técnico, Hugo Plata, Norberto García y otros, los cuales no recuerdo los nombres ahora; en la avalancha venia una olla pitadora caliente, Hugo Plata le echó mano y a las diez de la noche, nos sentamos a descansar, destapamos la olla y era unos frijoles, nos lo comimos a Dios gracias.

También recuerdo que don Luis Carlos Domínguez en su almacén de la novena me fio: sabanas, cobijas, toallas, fundas, ropa interior y ropa de salir; gracias a Dios le fui pagando poco a poco.

En mi casa paterna duré unos días, mi mamá me apoyo y mis hermanos, mientras buscaba una casa o apartamento para vivir.



Avalancha del río Frayle el 31 de enero de 1994. Recuerdo que llamé a mi esposo a Corinto, el pertenecía al cuerpo de Bomberos y vino a prestar ayuda. Ya nosotros vivíamos en la calle 10#23-75, donde estoy actualmente en el segundo piso. Albergué gente, en la terraza esa noche, les dí comida y desayuno al otro día y luego se fueron a ver que había quedado de sus viviendas.

Ese día, la avalancha se cruzó todo Florida, bajó por el parque y arrasó con todo, se recibieron ayudas humanitarias para las gentes afectadas.

 

miércoles, 2 de agosto de 2023

FLORIDA, Una Hoja en blanco. Fernedy Yonda Silva

 

“Escribir sobre tu pueblo es vestirlo con los mejores trajes que lo harán sobresalir sobre los demás y hacerlo hermoso por siempre” Dasilva



Cuando se va a hablar de escritores Floridanos, es obligatorio referir a Félix Raffán Gómez, insigne Poeta, Periodista y Abogado Floridano que, aunque no permaneció largamente en el territorio si lo eternizó con sus escritos. Ya la Fundación Centro de Estudios Históricos Marco Antonio Valencia, homenajea su vida y obra a través del recital de poesía que lleva su nombre. También es necesario destacar su poema “Paisaje Nativo” que le mereció el reconocimiento Internacional y que fue inspirado por nuestra especial geografía.

No obstante, es justo aludir nombres de personas que han sacado publicaciones de gran interés para la localidad, sea que tengan su cuna en nuestro municipio o no. Luis Alfredo Tobar Pérez un Nataguense (Huila) cofundador del Instituto Las Américas y uno de sus primeros rectores publicó en el año 2005 el libro “Reminiscencias” Alusivo a la historia del Instituto Las Américas. En el detalla los alumnos fundadores y su primer rector. Posteriormente muestra un álbum fotográfico de los alumnos, docentes y rectores que fueron parte de la institución. Es un libro motivado por los 25 años del colegio.

También del año 2005, pero del mes de julio es “Florida, Recuperando la Memoria Colectiva” Un ejercicio literario de carácter narrativo en el que se destacan Alexander Rojas, la licenciada María Nury Delgado, Marely Ararat, Ojab Shaik Cobo, Fernedy Yonda Silva, Homero Montaña entre otros colaboradores. Es un texto que permite el desarrollo de una escritura libre, lo que permite apreciar la calidad de los escritores que fueron editados y revisados por el escritor y docente universitario Lizardo Carvajal. Para los que aman el municipio es un buen texto de recordación.

En el año 2006 aparece la pluma profusa del docente Marco Antonio Valencia quien hace dos publicaciones muy autóctonas denominadas “Memorias” y “Reseña Histórica de Florida” Son dos textos de carácter literario e histórico porque se permite apreciar la producción poética del autor y los apuntes históricos producto de su investigación. Son dos libros de gran interés para los floridanos. Para el año 2014, de nuevo MARVAL como se autodenominó el autor publicó “Colección de Poemas y otros Temas” libro ceñido con rigor a su título porque en él se recrea la producción poética del autor y datos de carácter general que son de alto interés para la vida de las personas. Este esfuerzo literario fue reconocido por el centro de historia de Florida que tomo su nombre al constituirse.

José Arley Martínez Delgado es un Manizalita que estableció su hogar en nuestro municipio donde funge como comerciante. Su vida ocupada lo llevó a realizar sus estudios secundarios en la jornada Nocturna del Instituto Las Américas y es allí donde tiene un encuentro frontal con su afición por la poesía. En las clases de la Licenciada Fasley Nievas dio rienda suelta a su inspiración y gesta el libro “Poesía para una Colombia de Contrastes” publicado en el año 2007 por la editorial Oveja Negra. Es un libro que, de principio a fin, retrata la convulsionada vida social del país, con la habilidosa mano del autor para mantener una rima contundente haciéndolo un texto de gran interés, no solo para los locales sino para cualquier colombiano amante de la poesía.

En el año 2011 se publica “Florida y su Tradición” Una obra magistral de contenido netamente histórico y realizado por el licenciado Floridano Mauricio Zúñiga. Es un texto de consulta por excelencia pues la exhaustiva investigación sobre la historia de Florida no se halla en ningún otro libro. La información del municipio de Florida en sus orígenes y la conformación político administrativa, del territorio queda plasmada en este libro con gran precisión, convirtiéndolo en una contribución invaluable para nuestra historia.

Finalmente, en diciembre del 2022 se publica la novela “Embriagado por la Vida y el Amor” del Floridano William Jaramillo Medina. Un coterráneo que hace algunos años se estableció en Chile, pero que recordamos por ser egresado del Liceo Tomás Carrasquilla. En esta novela se crean dos personajes ficticios, Ricardo y Marisol, quienes reviven una relación amorosa de esas honestas e ingenuas, propias de la década de los 70, y que a su vez sirven de pretexto para narrar y escenificar el costumbrismo local, siendo la calle Real y la Plaza principal los escenarios que nos ayudan a evocar la época que vivimos y que no volverá. Es un libro que inspira y vale la pena leer. Como lo dice su autor: “Un libro emotivo y cautivador que transporta al lector a aquellos años vividos, en los cuales perduró la paz y la felicidad, que invita a las nuevas generaciones, a proseguir tras la búsqueda de una cultura que siempre será memorable en nuestro amado pueblo”.

Por último, no podemos dejar de mencionar el mérito que tienen las publicaciones institucionales como los aniversarios de las Instituciones Educativas y las que realizan las administraciones locales a lo largo de su historia. En ellas quedan tejidas partes de nuestros hechos, sucesos y personajes. Como la que publicó en el año 2022 la Fundación Raíces Folclóricas denominada “Colombia Baila” a propósito de la vigésima versión del Festival. En esos documentos también se aprecia el esfuerzo literario de los Floridanos.

Es necesario entonces concluir diciendo que Florida es un municipio inspirador y que sus montañas, valle y ríos son el escenario perfecto para la actividad literaria ya sea para la crónica, la poesía o la narración.

miércoles, 19 de julio de 2023

RELATOS DE NUESTROS ORÍGENES. Por Gustavo Torres Álvarez

 

Síntesis Histórica de Florida en sus 190 años (1833-2023)

Parque Principal a comienzos del siglo pasado. Archivo Familia del Castillo Cadavid

En 2023, el municipio de Florida celebra su 190 aniversario de creación como ente autónomo, este magno acontecimiento representa una ocasión importante para confrontar algunas tradiciones locales con la documentación existente en archivos civiles y eclesiásticos en la primera y segunda mitad del siglo XIX respectivamente.

Sin detenerme en la etapa prehispánica(de la cual se han hallados registros de algunas culturas recientemente), pero que aún no se ha estudiado a fondo en la localidad, comenzaré por decir que según el primer documento de la hacienda Perodias que data del año de 1667, se tiene en cuenta que la colonización del territorio iniciaría en la primera mitad del siglo XVII, pues la tradición oral señala el año de 1630 como punto de partida del establecimiento de españoles en esta sección de la antigua gobernación de Popayán entre las ciudades de Buga y Caloto(se ha mencionado inclusive una cédula real, donde se entregan las tierras como encomienda, lo cierto es que inicia como una hacienda esclavista). A mi criterio personal, aunque no existan pruebas para fundamentarlo, los primeros dueños de este predio fueron descendientes del linaje Silva Saavedra, una de las principales familias del llamado Cauca Grande; quienes adquieren la primera imprenta que llegó a la región en el año de 1669.

Haciendo un paréntesis, entre la etapa colonial y la república, comentaré que la independencia afectó la economía de las principales haciendas de Buga, Llanogrande y Caloto, donde se ubicaba el partido del Pedregal, que fue otro de los territorios que conformó inicialmente nuestra población. Este periodo de inestabilidad política en lides contra el imperio español, sería el preámbulo para el nacimiento de nuestra población. La ley territorial del 25 de junio de 1824, establece la división política de la recién liberada y conformada República de la Gran Colombia, en la cual se destacan los departamentos, provincias y cantones entre ellos: El departamento del Cauca, el cual se componía de las provincias de: Popayán, Chocó, Quibdó y Buenaventura. Los cantones de la provincia de Popayán con sus cabeceras fueron: Popayán, Almaguer, Caloto, Cali, Roldanillo, Buga, Palmira, Cartago, Tuluá, Toro y Supía.

De lo anterior, destaco que para 1822, es decir dos años antes de esta ley, los vecinos ubicados al sur de Llanogrande según el académico Felipe Araujo de la Torre, pidieron la anexión al curato de Santa Ana, propuesta denegada por cierto; lo que puedo deducir es que tal vez desde inicios de la república, Perodias fue viceparroquia de Candelaria(aunque no he encontrado el primer documento que hable de ello), se puede afirmar que conformó inicialmente el cantón de Palmira, pues según el censo de octubre de 1825 y esto comprueba la equivocación de autores como Tulio Raffo y Germán Colmenares (quienes comentaban que fue agregada a esta región en 1835 con la categoría de viceparroquia e inclusive se nombra a Pradera en estos años, que para entonces solo era un pequeño caserío que fue asignado al curato de Perodias con el nombre de viceparroquia de la Concepción del Bolo), se le denomina con la categoría de parroquia(aun sin existir legalmente) integrante de esta jurisdicción con más de 1000 habitantes junto a la parroquia de Candelaria, curiosamente este registro se realiza en el mismo año que la tradición floridana menciona como el de su fundación oficial, en el caserío esclavista adyacente al rio Frayle llamado San Antonio(Omar Franco Duque,2003).

Un año después en junio de 1826, los vecinos de los territorios de El Pedregal, El Volo, Frayle, Llanito y Desbaratado, elevan una solicitud al obispado de Popayán para que sea erigido el curato de Perodias; propuesta que es aprobada por Monseñor Salvador Jiménez de Enciso y la Intendencia del Cauca, quienes en procura del bienestar de los habitantes crean la nueva parroquia, segregada de Candelaria el 1º de julio de 1826,dentro del cantón de Palmira y cuya jurisdicción comprendía desde el Rio Desbaratado hasta el rio Bolo, la Cordillera de los Andes y el Callejón de Coloradas hasta los linderos de la hacienda del finado Sr. Cayetano Escobar ; se nombra como su primer párroco al Presbítero Francisco Quijano y Lemos, a quienes algunos autores han identificado como fundador del poblado junto a los señores Bedoya y Echeverry y el cual fue elegido de manera unánime por el vecindario para ser su guía espiritual(esto se puede leer en el expediente de erección que consta de cuatro folios). Lo que puedo decir, al haber tenido acceso a diferentes documentos históricos, es que habría que ampliar el número de los llamados fundadores o pobladores de Florida, teniendo en cuenta que en el expediente que reposa en la curia de Popayán, figuran las firmas de más de treinta vecinos en representación de sus familias como Julián y Santos Bedoya, José Echeverry (no Joaquín), al igual que Manuel José Varona, propietario de la hacienda donde nace el curato de Santa Rosa.

Para este mismo año, se menciona por tradición que el día 26 de julio, se le da posesión al primer alcalde parroquial: Antonio de la Quintana y Caicedo, del cual se dice que participó de las contiendas por la independencia en la región y por sus apellidos, se destaca que pudo haber estado emparentado con linajes de Cali y Popayán respectivamente; esto lo comento debido que hasta la fecha no aparece registrado en ningún archivo local o de la región como el Archivo Central del Antiguo Cauca. En cuanto al señor Pantaleón Bedoya, a quienes muchos floridanos citan como uno de los fundadores de Florida según la tradición oral, hay que destacar que no se le menciona en ningún registro de la primera mitad del siglo XIX por tanto básicamente, no fue uno de los primeros pobladores(solo aparece registrado en un documento público de la Notaria de Palmira en 1856); si bien pudo haber estado emparentado con los hermanos Bedoya que donaron los terrenos donde se trazó la parroquia, según documento notarial del año 1835.

Su vida civil y eclesiástica, inicia bajo la jurisdicción de Palmira con algunas autoridades locales como Alcaldes y Jueces parroquiales (según documentos de la Notaria de Palmira y del Archivo Central del Cauca) entre los cuales se nombra en 1831 como uno de los primeros alcaldes al señor Joaquín Mateus Polanco; mientras que para el año de 1835, se menciona al señor Felipito de Cárdenas como juez parroquial en el litigio que existió entre la familia Bedoya y el presbítero Juan Ignacio López en cuanto al ancho de las calles de la nueva población se refiere, en terrenos donados según documento notarial del 22 de octubre de este mismo año.

Sobre el traslado de la población de Perodias al Pedregal, se tiene en cuenta por tradición que este ocurre entre los años de 1833 y 1834, en el primero de ellos sucede el cambio de nombre de la parroquia por Florida y en el segundo, la tradición oral menciona que el 13 de junio, se reúnen las autoridades para realizar la fundación oficial(Yonda Silva Robinson,1997), luego de haber trazado las calles alrededor de la plaza principal, donde se ubicaron las principales instituciones como era uso y costumbre-aquí comprendo, porqué durante varias décadas se creyó el mito fundacional en esta fecha, que es la fiesta patronal de San Antonio de Padua, aunque se tomó como punto de partida de la población el año de 1825-.

En las primeras décadas de vida civil, el distrito parroquial era un pequeño villorrio, perteneciente como se ha dicho a la municipalidad de Palmira, que en 1859 es ascendida a la categoría de provincia, la cual subsistiría hasta el año de 1908, cuando se crean por ley los departamentos de Buga y Cali, esto me permite comprender porque la información de tipo administrativo de Florida en estos años es muy escasa, teniendo en cuenta que si bien la autonomía del distrito municipal,  inicia en el año 1864, siendo parte integrante del estado soberano, luego departamento del Cauca según la Constitución de 1886, tres años después el caserío del Bolo(Pradera) es elevado a la categoría de aldea en 1867 según ordenanza del 15 de marzo de este mismo año, estableciéndose como límite divisorio para la nueva población, el Rio Párraga por el sur y por el norte la quebrada Vilela. Según el licenciado Mauricio Zúñiga, los primeros registros administrativos fueron los libros policivos que datan de mediados del siglo XIX, por lo que se puede destacar que el primer Concejo Municipal data de inicios del siglo XX según pude observar en visita a este archivo y en cuanto al de carácter administrativo, solo se posee información en los años previos a la creación del departamento del Valle (1908-1909).

Para terminar, destaco que aún existen muchos interrogantes sobre la población prehispánica del municipio, la fecha de llegada de la colonización española y a su vez si hubo una fundación oficial en Perodias o El Pedregal como comenta la tradición floridana.

Es por ello que, gracias a la perseverante labor investigativa del Centro de Estudios Históricos de la localidad, en asocio a los entes académicos de la región y la nación, se ha podido avanzar en la aclaración, desmitificación y nuevas interpretaciones de la memoria local con fuentes fidedignas que dan crédito a nuestra labor y basado en todo ello argumento que: “Florida es una población que surge en las primeras décadas de consolidación de la república, con la categoría de parroquia o curato, luego distrito parroquial y más tarde distrito municipal en la época federal del siglo XIX”.

Desde el año 2016, aunque de manera informal, se comienza a celebrar el aniversario municipal, según el único registro más exacto de los orígenes floridanos, contenido en el II libro de bautizos fechado el 22 de septiembre de 1833 y firmado por el Presbítero Juan Ignacio López, día en el que el Supremo Gobierno aprueba el nuevo nombre de la parroquia como lo ostenta hasta hoy: Florida. “Esto significa, un deslinde en cuanto a la tradición del 13 de junio se refiere, que como lo he dicho es un mito fundacional y todo este recorrido de casi doscientos años, permite destacar entre otros que si bien el nacimiento oficial de la población se dio en 1826, la conformación urbanística se daría luego entre los años de 1833 y 1835; mientras que desde 1864, se tiene como hasta hoy la categoría de ente administrativo descentralizado, en concordancia con el Diccionario Geográfico Agustín Codazzi y otros autores como Manuel Quintana”.

 





miércoles, 28 de junio de 2023

EDITORIAL Edición XXIV. 6 años recopilando la memoria floridana

 


En enero de 2017, la junta directiva del Centro de Estudios Históricos Marco Antonio Valencia, decidió publicar una edición periódica que compilara aquellas historias locales y regionales, en un comienzo de manera digital y en septiembre de este año, se entrega la primera edición conmemorativa al celebrarse el primer año de labores académicas.

 

Los contenidos que se han registrado en sus paginas han estado caracterizados por hechos, lugares y personajes, haciendo uso de las obras de académicos floridanos y del suroccidente colombiano. Con el transcurrir de los años, se ha mejorado su presentación, se han ampliado sus paginas y se ha buscado llegar al mayor numero posible de lectores en la virtualidad y especialmente en el municipio de Florida.

 

Hasta la fecha, se han realizado mas de 20 ediciones de carácter trimestral y una conmemorativa que se entrega en el marco del Dia de la Municipalidad en el mes de septiembre; así mismo, desde el año 2022, se entrega cada mes un ejemplar de colección con artículos de interés, efemérides, píldoras históricas, secretos floridanos y actualidad de las gestiones.

 

Al cumplirse en este 2023, el séptimo año de labores académicas y el 190 aniversario del municipio, se desarrollarán diferentes encuentros como el ciclo de conferencias Relatos de nuestros Orígenes, la construcción de la Cartilla de Historia Local con el proyecto “Estampas Históricas” y la obra “Remembranzas de Florida” de la autoría del académico y secretario general Gustavo Torres Álvarez, quien desde el año anterior es miembro de la Academia de Historia del Valle del Cauca.

 

En este ejemplar encontrará artículos de interés, entre ellos los aportes del presidente de la fundación Fernedy Yonda quien relata quienes han enriquecido la literatura local con el escrito Florida, una hoja en blanco, así mismo el Presbítero Jhon Freddy González hace referencia a los primeros sacramentos administrados en la parroquia de Perodias. Se termina con el catálogo de temas publicados en 2022 y con las efemérides mas importantes que se conmemoran en 2023.