Cancha de San Jorge, me imagino la
mejor de Florida. La verdad, en ese tiempo no se si habría estadio o en su
defecto existiría el “Maracaná” emblemático peladero al lado del cementerio. De
ellas más bien recuerdos vagos, cero fútbol, más bien sitio especial para
elevar mi cometa amarilla, que tanto me da duro. Por esas épocas el desarrollo
arrasó con todas las ilusiones que ahí se crearon, la casa de “Don Marco”, una
de tantas tal vez la primera, seria piedra angular de este iniciante proceso.
De esta forma nos volvimos deportistas
nómadas, pasamos de tener full cancha a tener tres peladeros para el día, todos
en torno a la escuela del San Jorge, y digo para el día, porque en las noches
el festín seguía en las calles, con el bien llamado futbolito.
Ahh van a lotiar ese pedazo nos dijo
“Diablito”, -Humm ¡Diablito! Ahora recuerdo severendo problema cuando el papa
se dio cuenta que le decíamos así; pero aun nos quedaba el frente de la escuela
¡Buena cancha! Y atrás “el peladero”
donde las batallas eran campales-por equipos-
Casi siempre el duelo era contra los
del Pérez y protagonizados por Víctor Balanta, Ener, Cofia, Robinson Arguello,
Javier Cortez, Buseta, Diego Valencia, Mauricio Mazo, Topo, Damián, los
Ibarguen y otros tantos que no recuerdo, pero que la lista sería interminable.
La escuela San Jorge en su buen actuar
absorbió las dos canchas, obligándonos a buscar un nuevo territorio donde
librar nuestras batallas, dignas de admiración, ya que el nivel era máximo, fue
así como un tiempo estuvimos jugando al lado de Aguacaliente, todos los días
4:00 p.m recorrer ese trayecto por el cañal, surcando el Carisucio para cumplir
nuestro objetivo, ahí empezaría nuestro primer encuentro con la “autoridad”, a
la cual hoy mis hijos respetan y quieren tanto.
Por otro lado, no había cansancio,
tarde de futbol y en la noche futbolito por las respectivas cuadras, en nuestro
caso frente donde “Mañe” padre de Jeffer, donde Pelod’oro, donde Compita, siete
veces recuerdo visité la memorable estación de policía, porque ese era el
delito en esos tiempos, pegarle balonazos a las puertas de Doña Lola, del
Pastuso.
Y el trofeo montar en patrulla y
hacerle aseo a la estación, bueno acompañado de la pela en la casa que no podía
faltar.
Todo esto nos llevó un día a tomarnos
por la fuerza un pedazo de cañal, impulsados lo acepto mas por la vagancia,
pero que poco a poco se convirtió en una necesidad social. De esa forma,
esperamos que Blanca Barney vendiera su caña y antes que surcaran el terreno
procedimos a tomarnos el pedazo donde hoy esta la cancha nueva, un pequeño
terreno, Pelaos que un día tomamos la decisión de ir en contra de las reglas
Jalapa, Uber, Alberto “Mazamorra”, Jimmy Gómez,
Rembalada, Mazo, Frijolito el mismo “Frentecaimo” que no jugaba pero -ah si era el put…
Bastante que si lucho doña Blanca por
quitarnos el pedazo, le sembraba caña y a la temporada siguiente le hacíamos la
misma, piedra que si le tiramos al mayordomo “Lucky Lu” Don Egua. Hoy podemos
decir: MISION CUMPLIDA.
Cuantos de los mencionados ya no están,
cuanto omití, cuanto no recordé.